Autor: Liu Honglin
El 26 de abril de 1956, en el puerto de Newark, un viejo petrolero llamado "Ideal X" salió lentamente del puerto. En su bodega, no había oro, petróleo o importantes dignatarios, sino 58 cajas de metal cerradas de tamaño uniforme. En ese momento, la humanidad conoció por primera vez el verdadero significado de "contenedor".
No había multitudes de bienvenida ni informes de los medios. Pero los historiadores, al mirar hacia atrás, consideran que la importancia de este día es comparable al rugido de la máquina de vapor o al nacimiento de Internet. Esta caja de metal no es el producto en sí, pero ha reconfigurado la forma en que los productos fluyen; no ha acortado las distancias oceánicas, pero ha reestructurado por completo la estructura de la cadena de suministro global.
Y décadas después, en el distante mundo digital, otro "estándar" está surgiendo silenciosamente. Su objetivo no es cambiar la esencia de la moneda, sino otorgar una interfaz unificada a la circulación de monedas a nivel global. Hoy todavía no podemos determinar