En cualquier momento, siempre que estés lidiando con un problema y tengas emociones intensas, al final, manejar el problema se convertirá en manejar las emociones. Aunque las emociones pueden reflejar verdaderamente tu estado interior, nunca debes permitir que las emociones dominen tus acciones. Te darás cuenta de que en realidad lo que te tortura no es el asunto en sí, sino que permites que las emociones te controlen. En la vida, el 10% está compuesto por las cosas que te suceden, mientras que el 90% restante está determinado por cómo reaccionas a lo que sucede. En otras palabras, si dejamos que las emociones controlen nuestras vidas, es muy probable que se conviertan en una semilla de autodestrucción. Por ejemplo, antes de decidir salir a correr por la mañana, te encuentras buscando excusas como "no estoy feliz hoy, no quiero moverme". Pero cuando realmente comienzas a correr, te das cuenta de que en realidad no es tan difícil como imaginabas. La resistencia anterior era simplemente pánico psicológico, no una representación real de correr. Si en ese momento estás atormentado por emociones negativas, un pequeño método que ha demostrado ser efectivo es intentar escribir sobre el evento, plasmar los sentimientos actuales y los pensamientos detrás de ellos, en lugar de simplemente imaginar un desastre. El secreto del éxito radica en que saben proteger sus emociones. Cuando no dejas que las emociones dominen la resolución de problemas, entonces, a menos que tú lo permitas, nada puede herir tus emociones.
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En cualquier momento, siempre que estés lidiando con un problema y tengas emociones intensas, al final, manejar el problema se convertirá en manejar las emociones. Aunque las emociones pueden reflejar verdaderamente tu estado interior, nunca debes permitir que las emociones dominen tus acciones. Te darás cuenta de que en realidad lo que te tortura no es el asunto en sí, sino que permites que las emociones te controlen. En la vida, el 10% está compuesto por las cosas que te suceden, mientras que el 90% restante está determinado por cómo reaccionas a lo que sucede. En otras palabras, si dejamos que las emociones controlen nuestras vidas, es muy probable que se conviertan en una semilla de autodestrucción. Por ejemplo, antes de decidir salir a correr por la mañana, te encuentras buscando excusas como "no estoy feliz hoy, no quiero moverme". Pero cuando realmente comienzas a correr, te das cuenta de que en realidad no es tan difícil como imaginabas. La resistencia anterior era simplemente pánico psicológico, no una representación real de correr. Si en ese momento estás atormentado por emociones negativas, un pequeño método que ha demostrado ser efectivo es intentar escribir sobre el evento, plasmar los sentimientos actuales y los pensamientos detrás de ellos, en lugar de simplemente imaginar un desastre. El secreto del éxito radica en que saben proteger sus emociones. Cuando no dejas que las emociones dominen la resolución de problemas, entonces, a menos que tú lo permitas, nada puede herir tus emociones.